Las TIC en el futuro de la educación.
- lyn lynak
- 21 jun 2018
- 3 Min. de lectura
En la sociedad actual, caracterizada por los paradigmas de la comunicación y el conocimiento, se admite que los ciudadanos están insertos en un mundo complejo asociado con el manejo de la información que se produce en todos los ámbitos de la vida humana; lo cual influye en todos los niveles y modalidades del sistema educativo.
De acuerdo con esto, entonces, las TIC plantean un nuevo escenario de enorme potencialidad educativa ya que pueden apoyar estos procesos aportando todo tipo de conocimientos, herramientas y canales de comunicación tanto síncronos como asíncronos, y es, en este ambiente de recursos tecnológicos, informáticos y de comunicación, que juega un rol importante el desempeño del docente.
Las conclusiones de 645 expertos internacionales entrevistados para una encuesta, que define cómo será la escuela en 2030, indican que, los sistemas educativos de todo el mundo sufrirán grandes modificaciones de aquí a 2030 propiciados por la revolución tecnológica. En los próximos 15 años, internet va a convertir los colegios en «entornos interactivos» que pondrán patas arriba las formas tradicionales de aprendizaje y cambiarán la manera de ser de docentes, padres y estudiantes.
Estas afirmaciones delinean un nuevo paradigma de la enseñanza mucho más personalizado, centrado en el alumno y basado en el socio-constructivismo pedagógico que, sin olvidar los contenidos disciplinares, que en la práctica son el cuerpo fuerte del curriculum, asegura a los estudiantes las competencias en TIC que la sociedad demanda y otras tan importantes como la de aprender a aprender, a tomar la iniciativa, asumir responsabilidades, el trabajo cooperativo y colaborativo, etc.
Las TIC son elementos esenciales a la hora de garantizar procesos efectivos de aprendizaje que ayudan al crecimiento personal de los estudiantes. Los resultados obtenidos son favorables hacia el uso de las TIC en el área de ciencias, ya que, con esta tecnología se puede emular la actividad científica, el alumno puede modificar las condiciones, controlar variables, manipular el fenómeno etc y, utilizadas adecuadamente, tienen la capacidad de motivar e involucrar a los estudiantes en actividades de aprendizaje significativo.
Evidentemente el escenario descripto requiere de un profesor que pueda constituirse en un efectivo facilitador del aprendizaje, mediador a través del asesoramiento, entre sus estudiantes y las TIC, diseñador del entorno de aprendizaje en el cual se desenvolverá, en permanente desarrollo profesional y con creciente autonomía en el planeamiento y ejecución de su trabajo.
De esta manera la incorporación de nuevas estrategias vinculadas a las TIC en la práctica profesional docente, implica una capacitación en las distintas competencias que redefinirán su rol:
Serán facilitadores y orientadores, más que transmisores del saber. Van a tener que mostrar a los alumnos que hay que ser críticos con la información, que no todo lo que encuentran en Internet es correcto, que deben seleccionar y acudir a las fuentes más fiables. Esto tendrá consecuencias en la relación jerárquica con el profesor, ya que se desdibuja claramente la línea que separa quiénes son los que enseñan y quiénes son los que aprenden.
Una vez valorados estos argumentos la preocupación se sitúa claramente en el desarrollo de este tipo de competencias que permitan a los profesores comenzar a desplegar algunas de sus propuestas mediadas por TIC, ya que la formación de los mismos debiera dar cuenta en la actualidad de pluralidad de saberes, en los que se incluyan los propios de las disciplinas, los lenguajes audiovisuales, la capacidad de seleccionar y organizar cúmulos importantes de información, el acceso y la utilización de las TIC.
La renovación y/o innovación asociada a las nuevas tecnologías de información y de comunicación, tendrá que ver con la forma en que los docentes encaran la tarea educativa, basándose en el conocimiento de las potencialidades y estrategias del proceso de enseñanza-aprendizaje, como una forma de estimular el desarrollo cognitivo.
Los docentes deberán ir transformando sus prácticas, abordando el potencial comunicativo, la colaboración y el trabajo en red, junto a los aspectos sociales que se involucran, requerimientos imprescindibles para que se produzca el salto cualitativo para asumir el nuevo paradigma de enseñanza en la sociedad del conocimiento y las redes.
Cuando se habla de incorporar las TIC a la educación se piensa casi siempre en dotar, en primer término, a las instituciones de un equipamiento adecuado. Para las instituciones puede ser viable la adquisición de recursos tecnológicos, pueden poseer un número de computadoras que responda a los requerimientos mínimos de la relación estudiante/máquina de los países desarrollados, pueden tener un alto desarrollo en redes y sistemas, y sin embargo, ocurrir que los profesores no realicen propuestas para su utilización o lo hagan de manera deficitaria. Ahora bien, las TIC llegaron para quedarse y frente a eso, la escuela no puede desentenderse. Sin embargo, debemos tener en cuenta que la tecnología por si misma no transforma la comunicación ni democratiza el acceso al conocimiento.
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